¿Por qué elegir viajes escolares en Castellón?
Cuando empecé a diseñar rutas para colegios, descubrí que Castellón no es solo sol y playa: es una ventana a la historia, la naturaleza y la cultura valenciana. Como responsable de Torresport, siempre me pregunto: ¿qué hace única esta provincia para que nuestros viajes escolares brillen por encima de otros destinos? La respuesta la encontré combinando mi pasión por la educación y mi respeto por el medio ambiente.
Primero, Castellón ofrece una diversidad de paisajes que encaja a la perfección con cualquier itinerario educativo. Las montañas de Penyagolosa son un laboratorio geológico al aire libre, mientras que el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca exhibe humedales y aves migratorias. Yo mismo he guiado a grupos por senderos que, más allá del trabajo de campo, fomentan la responsabilidad medioambiental. Con los estudiantes, rastreamos fósiles y reconocemos plantas endémicas, entendiendo de primera mano cómo la geología y la biología convergen en cada ruta escolar.
Además, el patrimonio histórico de Castellón, con fortalezas medievales y molinos harineros, resulta perfecto para complementar las lecciones de ciencias sociales. Durante un viaje a Lucena del Cid, propuse un taller de arqueología experimental: los alumnos recrearon pequeños hallazgos con arcilla, lo que transformó una excursión ordinaria en una experiencia de aprendizaje activo.
Otro punto clave es la accesibilidad: desde Valencia o Barcelona se llega en tren y autobús en pocas horas. Para muchos colegios del Levante, organizar viajes escolares en Castellón supone precios competitivos y menos horas de desplazamiento. Y, por supuesto, el clima mediterráneo garantiza jornadas soleadas incluso en primavera o primeros de junio.
Por todo esto, cuando busco posicionar “viajes escolares en Castellón”, destaco su riqueza natural, cultural y logística. En mi experiencia, combinar costa e interior, historia y ciencia, convierte cada excursión en una oportunidad única de aprendizaje y diversión.
Añade aquí tu texto de cabecera
Seguridad ante todo: nuestro compromiso en cada desplazamiento
En Torresport siempre recuerdo que “La seguridad de los estudiantes debe ser la máxima prioridad. Esto implica asegurarse de que todos los aspectos del viaje, desde el transporte hasta las actividades planificadas.” Cuando redacté por primera vez nuestras guías de viaje, aposté por crear un protocolo que cubriera desde permisos y autorizaciones hasta planes de emergencia por si el autobús sufría una avería en ruta.
Yo superviso personalmente que cada vehículo cuente con cinturones de seguridad de tres puntos, revisión mecánica al día y seguro de responsabilidad civil. Además, he establecido acuerdos con empresas de transporte especializadas en grupos escolares, de modo que conozcan y apliquen las mejores prácticas en conducción y atención a menores. Acompaño a cada grupo siempre con un mínimo de dos monitores titulados, formados en primeros auxilios y gestión de crisis.
Cuando ocurre alguna incidencia –por pequeña que sea–, activamos nuestro protocolo: comunicación inmediata con el colegio y la familia, gestión de emergencias con servicios locales y seguimiento continuo hasta la resolución. Hace unos años, durante una excursión al Desierto de las Palmas, un alumno sufrió una reacción alérgica. Gracias a que nuestro monitor llevaba el botiquín reglamentario y sabía usar el desfibrilador semiautomático, pudimos estabilizarlo y coordinar el traslado al centro médico más cercano sin pérdidas de tiempo.
En cada actividad, desde una ruta de senderismo en Peñíscola hasta un taller de kayak en Oropesa del Mar, garantizo que hay puntos de control y sistemas de comunicación (walkie-talkies o móviles con cobertura local). Incluso en zonas más aisladas, diseño itinerarios que pasan cerca de núcleos poblados para asegurar acceso rápido a servicios.
Esta obsesión por la seguridad no solo cumple con la normativa, sino que genera confianza en los centros educativos y las familias. Cada vez que devuelvo un grupo al colegio sin un solo incidente, siento que he reforzado nuestro valor diferencial: viajar aprendiendo, pero siempre protegidos.
Añade aquí tu texto de cabecera
Aprendizaje en ruta: cómo garantizamos la calidad educativa
Tal y como reza uno de nuestros principios fundacionales, “Calidad educativa: Un viaje escolar debe ser una oportunidad de aprendizaje significativo. Torresport está comprometida en ofrecer experiencias educativas enriquecedoras que complementen el plan de estudios escolar.” Para mí, cada desplazamiento es un aula abierta donde los alumnos pueden experimentar conceptos vistos en clase.
Si en Historia han estudiado la Edad Media, visitamos el Castillo de Morella y organizamos una gymkana histórica en la que los estudiantes resuelven enigmas sobre defendientes y atacantes. Con biología, realizamos estaciones de muestreo en el río Villahermosa: identificamos macroinvertebrados y analizamos la calidad del agua.
Me apoyo en metodologías activas: aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje-servicio y flipped classroom. En un viaje reciente, pedí a dos grupos que prepararan un mini-reportaje audiovisual sobre la arquitectura modernista de Castellón. Los más mayores hicieron entrevistas a guías locales, mientras que los pequeños elaboraron mapas parlantes con sus propias voces. Una vez de vuelta al colegio, presentaron sus trabajos y recibieron un feedback que impulsó su motivación y autoestima.
Además, integro talleres prácticos que fomentan competencias transversales: comunicación, trabajo en equipo y pensamiento crítico. Un ejemplo: en Peñíscola, los alumnos diseñaron una propuesta de gestión sostenible para el casco antiguo, identificando problemas reales (residuos, accesibilidad) y proponiendo soluciones innovadoras.
Para mí, la clave está en que los estudiantes no sean meros espectadores, sino protagonistas de su aprendizaje. Con cada ruta escolar en Castellón, busco que se conecten emocionalmente con el entorno, que hagan suyas las lecciones y que vuelvan al aula con una perspectiva más amplia.
